Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche. Nadie vio la canoa de bambú sumiéndose en el fango sagrado. Pero a los pocos días nadie ignoraba que el hombre taciturno venía del sur, y que su patria era una de las infinitas aldeas que están aguas arriba, en el flanco violento de la montaña, donde el idioma zen no está contaminado de griego y donde es infrecuente la lepra.
Paola Arévalo Jiménez
Diana Alfonso Ríos
Andrea Triana
Este caligrama debían subirlo el viernes. Está muy interesante la reinterpretación del cuento. Se quedaron cortas con el caligrama, pero no me disgusta totalmente.
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